México, 12 oct (PL) La Torre Mayor, de 55 pisos y el tercer edificio más alto de México, está considerado hoy aquí entre los más seguros, condición que demostró frente a los azote del terremoto magnitud 7.1 del 19 de septiembre.
El rascacielos se defendió meciéndose y con el concurso de 98 megaamortiguadores sísmicos conectados a su estructura que, luego de concluir el temblor, le permitieron mantenerse firme, sin un rasguño.
«En un sismo de gran aceleración como el que se vivió aquí en la ciudad, inmediatamente el edificio se empieza a defender, tiene que balancearse un poco para disipar la energía, pero la gente que lo habita comprobó que es seguro; ni un cristal quebrado», señaló Felipe Flores, director de Operaciones de la Torre Mayor.
Su diseño fue concebido para resistir las condiciones de suelo de Ciudad de México, zona de alta sismicidad, donde se reportan en promedio 40 temblores por día.
«Este edificio está sustentado por 252 pilas de concreto que van de un metro hasta 1.50 metros de diámetro, en la segunda capa dura de la corteza terrestre, que se encuentra entre 60 y 65 metros de profundidad. Todos estos pilotes que están anclados a terreno firme sustentan sobre ellas una losa de cimentación de tres metros de altura», explicó al diario Milenio.